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Descubre cómo dejar de ser una princesa

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Bella y Bestia Jeff Hong Unhappily

'¡Buenos días, princesa!', decía un optimista Guido Orefice (Roberto Benigni) a su mujer en 'La vida es bella'. Y es que la palabra princesa se ha paseado por el espectro cinematográfico y televisivo desde los dibujos animados pasando por películas infantiles e incluso programas de búsqueda de pareja. Y por si quedaba alguna duda, recurrimos al sabio de nuestra era: Google, que nos ofrece 56.800.000 resultados para ese término.

Por eso, la asociación vasca y feminista Faktoria Lila ha decidido explorar el concepto a través de la creación de un taller de desprincesamiento. "En los contextos sociales en que las mujeres no sufrimos una violencia explícita, la desigualdad se mantiene a través de la violencia simbólica. Y la violencia simbólica necesita referentes. Durante siglos ha funcionado la Virgen María, el ama de casa perfecta o la buena esposa; pero ahora ya no funcionan y se usa a la princesa", explica Irantzu Varela, una de las fundadoras de Faktoria Lila.

Irantzu, que además es la protagonista del micro-espacio El Tornillo dentro de La Tuerka Tv, insiste en que princesa no es solo lo que se supone que las mujeres tienen que ser sino también "lo que tenemos que desear". Así que se han propuesto abrir un debate para tratar de "deconstruir a la princesa que nos han metido dentro".

Cita la frase de la filósofa Amelia Valcárcel: "El machismo mata, empobrece y atonta" y apunta: "Mata y empobrece porque atonta. No soportaríamos que la mitad de la humanidad esté sometida a una violencia constante y la desigualdad en todos los ámbitos si no fuera porque nos han atontado primero. Y la princesa ahora mismo en nuestro contexto es la gran atontadora".

La idea de princesa para Irantzu se resume en ser "monas, pasivas, buscadoras eternas de la pareja ideal que nos va a resolver la vida, frívolas, inútiles, sin saber lo que deseamos y siempre buscando la felicidad ajena".

Echa la vista a las más populares películas de Disney y se estremece por su poder como constructoras de ideología. "Las protagonistas son niñas a las que les pasa algo porque han desobedecido, que necesitan protección y que esperan a un hombre que las salve". En 'La sirenita', por ejemplo, Ariel renuncia a algo tan simbólico como su voz por un hombre.

No baja la guardia tampoco con los filmes más modernos, como la mundialmente conocida 'Frozen': "Tiene protagonistas más independientes que no solo buscan un marido; pero siguen siendo altas, guapas, rubias, con los ojos grandes y azules, dulces, con vestidos maravillosos…"

Deconstruyendo a la princesa

El taller mezcla teoría y práctica y deja siempre un espacio especial para lo vivencial. "El feminismo es un pensamiento político y filosófico, también un movimiento social pero también una experiencia de vida. Tú te haces feminista viviendo y vives distinto desde que te haces feminista".

Así que, además de debates, visionados y lecturas, se comparten experiencias y se realizan dinámicas de grupo para que las asistentes ahonden en su propia visión del mundo y su autopercepción. Por ejemplo, ¿cómo describirías a una persona desconocida que te vaya a buscar a una estación de autobús? "El 100% de las mujeres nos decimos al espejo cosas que no diríamos nunca a una amiga. La mayoría de las mujeres se describen de una forma muy dura e incluso cruel; aunque las ves y piensas 'por qué no ha hablado de esa mirada fantástica que tiene o de esa sonrisa'. Por eso, la primera recomendación que suelo hacer es: 'nunca te digas a ti misma algo que no le dirías a una amiga'".

El temario se desarrolla en torno a tres ejes: la belleza, el amor y el deseo. Primero, la belleza como la imposición de un determinado canon. Segundo, el amor como la construcción socio-cultural del amor romántico, "esa ideología que nos hace tolerar y es el principal espacio de violencia para las mujeres ahora mismo porque no olvidemos que la mitad de las mujeres asesinadas en el mundo, lo son a manos de su pareja".

En tercer lugar, se habla del deseo aunque no solo sexual sino desde punto de vista más amplio. "Lo primero que se hace a las mujeres es desconectarnos de lo que deseamos en el sexo y en la vida para que así creamos que satisfacer deseos ajenos es lo que nos hace felices".

Princesas

Abuela, madre e hija

El público del taller son mujeres adultas y jóvenes, entre las que se genera un diálogo muy enriquecedor. "Las mayores siempre se sorprenden de que a las jóvenes les pase lo mismo. Cambian las circunstancias y los lenguajes pero al final la auto-opresión y las herramientas son parecidas".

Por otro lado, las jóvenes ven que "las mujeres mayores -con amplia experiencia vital y con la sabiduría que te da la vida, si eres capaz de verla-, son mucho más libres". Y es que Irantzu defiende que "la mayoría de las mujeres que han vivido suficiente, tienen una actitud feminista aunque sea pasiva".

La comunicación intergeneracional sirve "para crear esa conexión de que en realidad estamos todas en la misma situación y deberíamos estar en la misma lucha", opina.

¿Es necesario enseñar a las madres para que no transmitan los viejos roles a sus hijas? "Eso es educar, además de un viejo argumento machista de que las madres son quienes transmiten ese machismo. Y no es cuestión de educar sino de dejar claro que estamos así porque nos han adiestrado para ello. Cuando una mujer tiene en su mano las herramientas para entender que sus angustias por la búsqueda del físico perfecto o la pareja ideal son fruto de la cultura patriarcal en la que crecemos todos y todas, ella misma decide que quiere dejar de vivir así y deja de transmitirlo a sus hijas, hermanas, amigas y sobrinas".

Por cierto, sí, el taller también está abierto a hombres. Pero advierten que deben venir dispuestos a "aprender cuál es la posición que nos impone el patriarcado a las mujeres" y a hacer un análisis político sobre cuáles son sus privilegios en el patriarcado. "Nuestros talleres inciden en la responsabilidad individual y colectiva que tienen los hombres de dejar de vivir en privilegio".

Irantzu rompe una lanza a su favor y comprende que a veces se produce una reacción inicial negativa porque "cuando estás en una posición de privilegio, no te gusta que te lo digan" y admite que "los hombres feministas son el primer caso en la historia de la humanidad en el que el grupo dominador decide voluntariamente serlo". Pero tampoco le gusta hacer demasiadas concesiones por la "autocomplacencia desproporcionada al esfuerzo que realizado" que percibe en los varones, a quienes demanda una posición política real contra el patriarcado, a favor del feminismo y contraria a los antifeministas declarados.

Cristina Pedroche y el feminismo

Hace unas semanas, Cristina Pedroche aseguraba en una entrevista que deberíamos "olvidarnos del machismo y del feminismo porque son una tontería".

La representante de Faktoría Lila resopla profundamente: "Comparar el feminismo y el machismo es como comparar el nazismo y el cubismo solo porque acaban igual: una auténtica estupidez”. Toma aire y lo explica de nuevo: “El feminismo es una ideología de libertad que aspira a que las mujeres tengamos los mismos derechos y oportunidades que los hombres. Pero el machismo es una ideología de la supremacía de los hombres. Es decir, el machismo considera que las mujeres cobramos menos porque es lo normal; tenemos miedo a ir por la calle porque es lo normal; nos mata nuestro marido porque se le ha ido la cabeza… pero a veces es normal".

Y lanza un mensaje a Pedroche: "Me parece una irresponsabilidad que personas –especialmente mujeres- con repercusión pública digan esa estupidez. Y no solo porque queden en evidencia sino porque esas mujeres pueden trabajar, tener salario, votar, divorciarse, abortar, tener pasaporte… gracias a todas las feministas que, durante la historia, han conquistado cada uno de los derechos que tenemos hoy las mujeres”. Recuerda etapas oscuras de la Historia y repite que "ningún derecho de los que tenemos hoy las mujeres nos ha sido concedido, todos han sido conquistados por las feministas", así que incita a todo el que dude a leer e investigar y pide, al menos, respeto.

Princesas

Princelandia: spa para princesas

Presente en España, Estados Unidos, México y Portugal, Princelandia se define como un spa para niñas-princesas aunque Irantzu lo califica de "adiestramiento". Entre sus servicios, están la manicura, pedicura, masajes, maquillaje de fantasía y hasta un desfile de modelos.

Su canción promocional dice cosas tales como "cuidar de ti y de los demás, con nosotros tú lo aprenderás" y "que mamá sea feliz y sea de nuevo niña al verme a mi". De hecho, hay planes directamente centrados en la madre como Princess Forever o el circuíto de spa 'Mi mamá y yo'.

En su web, presumen de ser el primer spa infantil de Europa y de que su personal son educadores que pueden “inculca una imagen positiva del bienestar y del cuidado personal”.

Desprincesando en Chile

España no es el único país en que se están empezando a ver iniciativas de desprincesamiento. La Oficina de Protección de Derechos de la Infancia (OPD) de Iquique (Chile) también ha apostado por ofrecer un taller similar, aunque orientado a niñas de entre 9 y 15 años y dirigido por dos psicólogas y un sociólogo.

"Niños y niñas son iguales en derechos pero existe un contexto de desigualdad de género en el contexto en que vivimos que tiene la base en un estereotipo (prejuicio) sobre cómo son las niñas, asociado a las características que nos muestran los cuentos y películas respecto a las princesas”, explica Yury Bustamante, Coordinador OPD. "Esta idea limita las capacidades de las niñas como seres humanas. Y a ese proceso de construcción de una "niña limitada" le hemos llamado "princesamiento",

Para evaluar los efectos del curso en las niñas, se les hace la misma pregunta diagnóstico antes y después del taller: ¿Cómo son las niñas?

En la primera sesión, las participantes dijeron "las niñas somos dulces, amables, frágiles, tranquilas, que esperan, divertidas". Al volver a hacerles la misma pregunta tras las seis sesiones del curso, la respuesta fue muy distinta para la mayoría: "Las niñas somos capaces, inteligentes, fuertes, somos Hulk, somos como un adulto, podemos ser todo lo que nos propongamos". Aunque algunas de ellas mantuvieron su respuesta inicial: "Somos bebés, somos princesas"-.

Los organizadores del taller chileno, que ha tenido una gran acogida nacional y una gran expectación en Latinoamérica, empiezan a preparar su salto a Brasil.

FOTOGRAFÍAS: Irantzu Varela


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