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La adicción al running y otras patologías del siglo XXI

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Runnorexia, adicción a correr

Lo sabemos: hay muchas palabras de las que vas a leer a continuación que te dejarán meditabundo, patidifuso y hasta turulato. Y no, no nos referimos a las tres que acabamos de escribir. Hoy hablamos de esos nuevos términos que no existían hasta hace poco pero que están directamente relacionados con hábitos muy comunes en la población actual. Estas son algunas de las nuevas adicciones del siglo XXI.

Runnorexia

Según una encuesta de la marca de equipamiento deportivo Sport Zone realizada a un millar de personas, el running es el deporte que más se practica en España (27,44%) seguido del fitness (19,7%) y la natación (18,16%). 

Ya sea por el factor económico (es un deporte low cost para el que solo es necesario tener un par de zapatillas) o por el factor social (permite entrenar con amigos), el running es una de las nuevas modas más extendidas en nuestro país. Y, aunque se supone que practicar deporte siempre es sano, quizá convenga matizar que lo es siempre y cuando no se convierta en el centro de nuestra día a día. Ahí es donde aparece la runnorexia.

La runnorexia es la adicción a correr, que puede incluso generar una especie de síndrome de abstinencia si no realizamos las actividades que habíamos programado. Sin embargo, conviene aclarar que no todo aquel que se esfuerza en mantener sus hábitos deportivos sufre de este problema. 

Los runnorexicos son personas cuyo único tema de conversación es el running o cuestiones derivadas: la alimentación que necesitan para su actividad, las marcas que han hecho, los mejores sitios para correr, las rutas que han hecho o los accesorios que necesitan para su carrera diaria. Es decir, la runnorexia supone que gran parte de su vida gire en torno a correr.

Esta adicción tiene una base biológica, relacionada con el bienestar provocado por la liberación de endorfinas durante el ejercicio. Para ahondar en esto, la psicóloga Virginia Antolín decidió realizar un estudio llamado 'Adicción al deporte: estandarización de la escala de detección SAS' donde afirma que el 18% de las personas que practican deporte con asiduidad pueden considerarse adictos al deporte.

Virginia, que tan solo ha contado con una muestra de 33 personas para realizar este estudio, insiste en su fiabilidad porque «cuenta con un Alpha de Cronbach (coeficiente que evalúa la fiabilidad de una escala de medida) superior a 0.8 (el mínimo fiable es de 0.7) y algunos de los enunciados de la encuesta han resultado ser muy específicos para la detección de la adicción». 

En su estudio, Virginia propone "crear la primera escala española (SAS) para la detección de la adicción o dependencia al deporte" con el fin de poder marcar estándares que delimiten cuándo nos extralimitamos en nuestro interés por el deporte. Como consejo, el Hospital Frederiksberg de Copenhague recomendaba en un estudio elaborado a principios de 2015 no correr más de 4 horas por semana y nunca más de 3 días. 

Nomofobia

No, no tiene nada que ver con el miedo a los gnomos. La palabra nomofobia viene de  del anglicismo "no mobile phone phobia", es decir, el miedo a no tener el teléfono móvil o a quedarse sin alguno de los elementos que le permiten funcionar correctamente, como la cobertura, batería o incluso la conexión a Internet. Y, al contrario de lo que pueda parecer, no es una patología solo de niños o adolescentes sino que afecta también a muchos adultos.

Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 96% de las familias españolas tienen teléfono móvil y el 77% de los internautas acceden a Internet a través del móvil. La OCU también realizó un estudio en 2014, donde afirma que el 26% de los españoles entre 18 y 64 años reconoce que su vida personal depende en gran medida del uso de su móvil. Incluso, el 65% de los encuestados (una muestra de 1.900 personas) dice mantener siempre cerca y encendido el móvil. Puedes hacer el test online de la OCU y averiguar tu grado de dependencia de tu smartphone.

En asociación a esta nueva enfermedad, ya se están acuñando términos como la 'whatsapitis' (adicción al uso del Whatsapp), el phubbing (uso excesivo del smartphone) y la fomo (que viene de la expresión anglosajona 'fear of missing out', es decir, el miedo a estar desconectado).

Directamente asociado al uso del móvil, aparece la adicción Internet o ciberadicción. La OCU afirma que el 25% de los españoles tiene síntomas de estar enganchado a la Red. Según el estudio, los encuestados pasan una media de 5 horas al día conectados a Internet y el 78% lo hace a través de su teléfono.

Cibercondría

Internet es maravilloso para obtener toda la información del mundo desde el sofá de tu casa. Pero ¿te imaginas qué pasaría si la información que consultas avivara tus peores pesadillas? 

Este es el riesgo al que se enfrentan los hipocondríacos que, debido a la facilidad de acceso a la información sobre en enfermedades en la Red, consultan compulsivamente todo aquello que temen padecer. Esto da como resultado una nueva patología conocida como la cibercondría o hipocondría digital.

El primer estudio sobre la cibercondría se hizo en 2008 por Ryen White y Eric Horvitz, investigadores de Microsoft, cuando evaluaban las búsquedas relacionadas con la salud en los motores de búsqueda más populares. Sin embargo, acabaron por crear un término que, aunque existía desde el año 2000 referente a obtener conclusiones negativas sobre cuestiones relacionadas con la salud, tomó ahora su nueva acepción aplicada a la convicción de problemas en la propia salud influída por las búsquedas online realizadas.

Su investigación tuvo tal repercusión que hasta apareció en las páginas de The New York Times. "La gente tiende a mirar solo los primeros resultados del buscador; si leen tumor cerebral o ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) se convierte en el punto de partida de su hipocondría", decía Horvitz al diario estadounidense.

Una de las principales causas de esta enfermedad es que "los usuarios tratan a las máquinas como si pudiesen respondernos como humanos", afirma Horvitz. Y, además, si encuentran el mismo "diagnóstico" en varios de los resultados obtenidos por el buscador, tienden a pensar que es la confirmación una tesis: están enfermos.  

Por eso, aconsejan siempre confirmar la autoría de la información, los datos expuestos que avalan dicha teoría y, sobre todo, acudir al médico en caso de duda.


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